Everything is pussyble!
Me estaba dando mucha pena volverme de Senegal, dejar esta bella tierra que en pocos meses me ha dado tantas lecciones de vida. Dejar el solete, el vivir frente al mar y cambiarlo por nieve y montaña. Dejar de explorar(me) nuevas formas de vida . Si había algo que echaba de menos en esta experiencia africana, era compartirla con la bella gente que rodea mi vida en Segovia.
Ahora, paradójicamente a como debería sentirme tras el primer triunfo de los desalmados de Vecinos Obstusos y Xenófobos (VOX), me apetece volver. Me apetece abrazar a mi gente y juntarnos a pensar como joder a estos fachas. Porque me apetece darles en la calle, en el hocico y en la razón. Me apetece organizar encuentros, charlas, fanzines y acciones que muestren que no es opinión desear el mal y odiar a Migrantes, Mujeres y LGTBs. Que no, joder, que no toda opinión es respetable y que hay hechos que muestran realidades, y «no la verdad de cada uno». Me apetece darles también a esos que dicen ser de izquierdas y culpan (como los fachas que dicen combatir) a estas minorías de la victoria del fascismo, apelando a la clase obrera megalítica, ordenada y acrítica que tanto mal ha hecho a la libertad, o compartiendo mentira tras mentira y dándo de ostias al pensamiento crítico solo por dar de comer a su idEGOlogía. .
Sí. Me apetece plantarles cara. Decirles que no hay nada más noble que vivir y dejar vivir, respetando las diferencias y usándolas como fuerza enorme de amor, respeto y solidaridad. De hecho podría decir que hasta me sube la milirrubina de pensarlo. De enfrentarlos. De ganarlos. Pero sobre todo de saborear cada golpe que les demos juntas.
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